Esta vibrante imagen del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA muestra la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. La Gran Nube de Magallanes, ubicada a 160.000 años luz de la Tierra, es una de las pocas galaxias enanas que orbitan la Vía Láctea.
La imagen infrarroja ofrece a los astrónomos una oportunidad única de estudiar el ciclo de vida de las estrellas y el polvo en una sola galaxia. Casi un millón de objetos se revelan por primera vez en esta vista de Spitzer, lo que representa una mejora de aproximadamente 1000 veces en la sensibilidad con respecto a las misiones espaciales anteriores. La mayoría de los nuevos objetos son estrellas polvorientas de varias edades que pueblan la Gran Nube de Magallanes; se cree que el resto son galaxias de fondo.
El color azul de la imagen, que se ve más prominentemente en la barra central, representa la luz de las estrellas más antiguas. Las regiones caóticas y brillantes fuera de esta barra están llenas de estrellas calientes y masivas enterradas en gruesas capas de polvo. El color rojo alrededor de estas regiones brillantes proviene del polvo calentado por las estrellas, mientras que los puntos rojos esparcidos por la imagen son estrellas viejas y polvorientas o galaxias más distantes. Las nubes verdosas contienen gas interestelar más frío y granos de polvo de tamaño molecular iluminados por la luz ambiental de las estrellas.
Los astrónomos dicen que esta imagen les permite cuantificar el proceso por el cual el polvo espacial, el mismo material que forma los planetas e incluso las personas, se recicla en una galaxia. La imagen muestra polvo en sus tres principales lugares cósmicos: alrededor de las estrellas jóvenes, donde se está consumiendo (nubes brillantes teñidas de rojo); esparcidos por el espacio entre las estrellas (nubes verdosas); y en conchas expulsadas de material de estrellas viejas (puntos rojos espaciados aleatoriamente).
Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech / STScI
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